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Introducción Tarot Arco Iris

Hemos nacido para un destino más elevado que el que nos espera en la Tierra.

Hay un reino en el que jamás se desvanece el Arco Iris, donde las estrellas son como islas en el océano y donde los seres que ahora pasan como sombras ante nosotros, permanecerán para siempre en nuestra presencia.


E.G. Bulwer-Lytton

El Tarot es un instrumento que nos permite vislumbrar o incluso acceder -según sea el esfuerzo o la inspiración de cada uno- a ese reino mencionado por el autor de Zanoni y La Raza Futura, donde el arco iris nunca se desvanece. Se trata de un reino que está más allá del tiempo y del espacio, pues estos son los barrotes de la jaula en la que estamos todos encerrados. Las figuras de los arcanos del Tarot son llaves con las que es posible abrir la puerta que une este mundo con el otro. La puerta que comunica la mente consciente con la subconciencia. La tierra con el cielo. Por su parte el Arco Iris, como enlace entre el cielo y la tierra, es también una vía de acceso por la que los mortales podrían llegar a la morada de los dioses, por ello ha sido considerado como símbolo de un camino iniciático. Es un camino en el que la luz y el color -especialmente sus vibraciones sutiles ocupan un lugar primordial.

De todos los sentidos del ser humano, la vista es el más desarrollado y casi el 83% de todas las impresiones sensitivas nos llegan por la vista. En comparación, al oído le corresponden sólo el 11 % y al olfato aún menos, tan sólo el 3,5%. No es de extrañar, pues, que la luz y el color tengan tanta influencia sobre nuestro estado de ánimo y nuestro bienestar. Y al revés, nuestro estado de humor y nuestro carácter influyen también en la interpretación de las percepciones visuales y de los colores. Desde hace miles de años, los ocultistas revelaron el significado profundo de cada uno de los colores que forman el arco iris y les confirieron valores propios. El rojo, el naranja, el amarillo, el verde, el azul, el añil y el violeta, son colores que en sí mismos tienen atribuciones, cualidades y efectos que los hacen distintos cualitativamente, al margen de su clara diferencia en términos visuales. La cromoterapia es uno de los métodos terapéuticos más antiguos, basada en un principio en la fuerza curativa de la luz solar y de los colores que la componen. Importantes culturas ya desaparecidas utilizaron la cromoterapia para aliviar los trastornos más diversos. Durante miles de años el sol representó a la divinidad y por ello, sus rayos tenían fuerzas curativas sobrenaturales. Los incas, los mayas y los egipcios profesaban un auténtico culto al sol, con templos construidos expresamente para tal fin. Con el tiempo se llegó a la conclusión de que cada uno de los colores tenía una acción específica, y por esa razón también se les atribuían diferentes dioses. En Egipto, por ejemplo, el rojo estaba relacionado con Amón, el amarillo con Horus, el verde con Osiris y el azul con Anubis. En la antigua Grecia se asociaba el amarillo con Apolo, el verde con Afrodita y el azul con Zeus. Los sacerdotes de aquellos tiempos eran también sanadores, y así, la salvación y la salud estaban en las mismas manos. Los egipcios construían templos con siete salas, de acuerdo con los siete colores del arco iris. Según el color que necesitaba el enfermo, le hacían entrar en una de las salas para tomar un baño de color curativo. La reina Nefertiti, que vivió alrededor del año 1350 a.c., mandaba al médico de la corte preparar aceites de baño de diferentes colores, para aumentar su bienestar y su belleza. Los baños estimulantes tenían color púrpura, los relajantes color verde o azul, según las narraciones de esa época.

Cada uno de los siete colores del arco iris tiene características particulares y al mismo tiempo es una unidad autónoma que a su vez representa la totalidad, fundiéndose sutilmente en sus bordes con los colores adyacentes para configurar este sorprendente fenómeno de la naturaleza.

Los estudiosos de la simbología oculta han puesto especial dedicación en explicar el significado de los colores usados en las versiones clásicas del tarot. A cada clave le correspondía un color primordial y algunos consideraban una grave violación cualquier cambio que se hiciera a esa concepción cromática.

Sin embargo, el Tarot del Arco Iris no tiene en cuenta los colores con los que tradicionalmente se presenta cada arcano. Marcela García eligió al arco iris como hilo conductor e integrador de todas las cartas de este tarot por una razón muy simple: Si se acepta el hecho de que cada clave manifiesta un aspecto del Todo en diferentes momentos, si cada arcano constituye una parte de lo Indivisible, es razonable entonces incorporar en su diseño los colores del arco iris, por ser éstos la máxima representación y la perfecta síntesis de la totalidad, en términos cromáticos.

Los colores del arco iris constituyen el elemento integrador que se presenta como una constante en todas las cartas de este tarot por significar, como ningún otro conjunto cromático, la suma compatible de la diversidad y la unidad.
En todas las claves se encuentra representado el arco iris de alguna manera y los colores usados como fondo para cada uno de los arcanos se van modificando gradualmente, de tal suerte que el conjunto de las 78 cartas, extendido en ordenn consecutivo, permite contemplar un gran arco iris.

Otros elementos que aparecen como constantes en las 78 claves que componen el Tarot del Arco Iris son los colores plata y oro (expresados en gris pálido y amarillo ocre), con los que Marcela sugiere el principio de polaridad manifestado en el significado profundo de cada arcano.

En todos los casos, la pintora ha enmarcado cada una de las claves en un diseño oval, lo cual sugiere la presencia del huevo cósmico como símbolo de la semilla, del principio, de aquello que contiene en sí mismo todas las posibilidades de crecimiento y desarrollo, pues el mensaje oculto en cada clave nos remite finalmente al punto de partida en cada una de las fases del proceso de evolución.

Y para complementar la riqueza cromática del arco iris, el fondo de todas las claves es negro. Con esto se insiste nuevamente en el principio de dualidad: la luz irradiada por los colores del arco iris es contrastada con la oscuridad y la ausencia de color sugerida por el negro. Así, de la nada, yen medio de la nada representada por el negro, surgen las figuras que conforman las claves del Tarot las cuales, con los colores del arco iris, nos indican el camino hacia lo más elevado. Según Jung, el arco iris es un puente entre la tierra y el espíritu, pero también representa la serpiente celestial yel estado espiritual más alto, el que antecede a la iluminación.

Quiera el Cielo que el Tarot del Arco Iris sirva para acercarnos, aunque sea un poco, a ese sublime estado.

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