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Tarot Terapia: La Muerte

La siguiente lámina es el único arcano que tradicionalmente no lleva nombre, pues sólo su visión nos transporta a la idea de transformación y cambio repentino. 

Su número, el TRECE, es sinónimo supersticioso de la fatalidad; sin embargo, los griegos le atribuían el dar fuerza y felicidad, características éstas que desaparecen después de la muerte de Filipo de Macedonia, padre de Alejandro Magno, quien muere asesinado tras unir su estatua a la de los doce dioses principales, lo cual se tuvo ya como fatídico al declararse el decimotercer dios del panteón griego. Al observarla vemos a un esqueleto recubierto de piel con una guadaña en sus manos (que es también el instrumento de justicia utilizado por Yaveh en el Apocalipsis) cortando todo a su paso. Es curioso que esta figura no aparezca en el arte hasta el siglo XIII, y es curiosa la coincidencia de que se popularizan dos siglos más tarde las famosas danzas de la muerte. Ésta es lógicamente la carta que más asusta al principiante, pues estamos ante la visión de ¡LA MUERTE! La muerte no existe, dicen algunos, ¡qué tontería!, la muerte es lo más real de la existencia física; todo muere de algún modo, si no nada renacería de nuevo, y aceptar la muerte de las cosas o de las personas es VIVIR realmente; sólo sabiendo morir se puede vivir realmente; en realidad, no morimos totalmente, sólo en una pequeña parte de todo lo grandioso que somos. Esta lámina tiene una metáfora que nos habla paradójicamente de que sólo con la muerte de las cosas se vive en plenitud. En esta lámina se vivencia la Iniciación Mayor, similar a los tres días que Jonás pasa en el vientre de la ballena, a los tres días del sepulcro de Jesús, etc.; es necesario un desprendimiento de las muchas capas que nuestra personalidad tiene para que aflore el YO REAL.
 
APLICACIONES DE LA MUERTE

En el plano mental, usada como terapia curativa sirve para todo tipo de transformación y nos puede ayudar a finalizar procesos lentos y dolorosos. Deberemos meditar en ella para hacer análisis riguroso en los periodos de separatividad donde tengamos que volver a cuestionarnos las decisiones irrevocables. Ella será quien nos permita la renovación total, nos ayudará a tomar decisiones objetivas destruyendo las ilusorias; deben usarla, sobre todo, las personas de humor cambiante o caprichoso y aquellos que padezcan de ironía y mordacidad. Es aconsejable en los casos de divorcio o separación, pues ayuda a terminar ciclos definitivamente; su meditación nos dará confianza para relajar nuestras actitudes y conceptos rígidos, adquiriendo una consciencia más expandida y armoniosa. En el plano físico, el uso de esta lámina sirve para eliminar problemas de: colon descendente y hemorroides, tendones, músculos y huesos, descalcificación, hiperemotividad y también ante la insensibilidad física o psíquica, por ejemplo: inercia, apatía, inmovilidad, melancolía, enfermedades de tipo terminal o muy víricas. La música será de tipo sensual, por ejemplo, Bilitis o El bolero de Ravel, o la música de saxofón de Kenny G. Debemos usar la lámina Trece para relajarnos, más si vivimos en un área muy conflictiva, o si el trabajo que tenemos es muy asfixiante o rutinario.
 
FÓRMULA MEDITATIVA CON LA MUERTE

En esta meditación tendrás que colocar en la zona central de tu mesa al arcano TRECE y encender junto a él una vela de color rojo y al otro lado una de color negro. -Quemar incienso de mirra, pero en esta ocasión utiliza también aceites o esencias de mirra, que deberás ‘ponerte por toda la piel una vez ducha do/a y secado/a, sobre todo, en los chakras. -Totalmente desnudo/a, deberás colocarte delante de tu mesa-altar llevando en tu mano derecha un espejo en el que puedas verte perfectamente la cara; alumbrándote sólo por las luces de las velas te sentarás cómodamente en tu cojín y comenzarás a moverte sinuosamente, escuchando la música y mirándote en tus ojos en el espejo, sin apartar para nada la mirada todo el tiempo que dure la meditación. -Procura antes que la estancia esté ligeramente caldeada o mantén un aparato calefactor que no sea ruidoso para estar sin sentir frío durante este trabajo, que puede ser muy interesante; con toda seguridad, por el espejo verás pasar muchos «YO DE TI» que te resultarán incluso aterradores, pero es posible que con este trabajo te consigas ver en tus múltiples facetas. -Ejemplo: si eres una persona que se enfada muy a menudo, deberás poner un rostro agresivo e iracundo pero exagerándolo al límite para luego, buscando su polaridad contraria, ir transformando el gesto suavemente hasta la placidez, y la bondad del rostro. Otro método meditativo es el de visualizar una cebolla gigante a tu tamaño e ir quitando cada capa, prestando atención a los símbolos que aparezcan a medida que se va haciendo esto, luego se escribe todo ello y se analiza con intuición e intelecto. Las mejores conclusiones son las propias, aunque, si lo necesitas, puedes ir a un buen libro de simbología o acudir a algún amigo/a sabio/a. El modo de salir de esta meditación será escribiendo todas las sensaciones y emociones que hayas experimentado; luego cogerás la lámina número TRECE y danzarás con ella delante de tu rostro como una señal de que a partir de ese instante ya jamás le tendrás miedo. El color de su fondo deberá ser el verde o el rosa con irisaciones de tipo plateado o dorado.

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