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Mitos y Simbolismo RĂșnico

Los pueblos nĂłrdicos, cuya cultura poseĂ­a diversas divinidades y numerosos mitos, confirieron a las runas profundos significados mĂĄgicos. La creaciĂłn de ‘las runas era atribuida a OdĂ­n, el padre de las divinidades menores y aĂșn mĂĄs; se creĂ­a que el Propio OdĂ­n se habĂ­a sacrificado voluntariamente a sĂ­ mismo para entregadas a los hombres. Pero, entre los pueblos suecos, concretamente, las Tunas eran asociadas a las Nomas, que eran las diosas que regĂ­an todos los destinos.

Por otro lado, las runas, como sĂ­mbolos mĂĄgicos de origen sobrenatural, eran consideradas tambiĂ©n invenciĂłn del dios mĂĄs poderoso de todos, el de las grandes cejas: la divinidad Lug, principal dios de los celtas, el todopoderoso, señor de truenos y tempestades, y hacedor de las mil ciencias; el que viaja por el viento, el que posee el poder de dominar los elementos. Lug aparece con frecuencia en los mitos cĂ©lticos y se le considera el Padre universal, el dios hacedor de dioses y el creador del mundo de los hombres, pero tambiĂ©n del mundo de los demonios. Cuando el cristianismo empezĂł erosionar las viejas religiones, esta divinidad se convirtiĂł en el hilo conductor de la aterrorizante «horda salvaje» que sembraba de pecados el mundo, segĂșn los sacerdotes cristianos.

Sea uno u otro el origen de las runas, todas las narraciones coinciden en la creencia de que son una ofrenda de las divinidades a los hombres. La diversidad de divinidades de la mitología escandinava, símbolos de los elementos del universo y de la naturaleza, se asociaban cada una al simbolismo de una runa o mås. Así, las runas simbolizaban los distintos componentes de la vida humana y de su åmbito cósmico. Junto a las divinidades existían también una pléyade de espíritus mås elementales que éstas, y que también podían ser invocados con las runas.

Las runas podĂ­an ser mayores y menores. Las runas mayores estĂĄn asociadas al culto del dios Thor, el del «pesado martillo poderoso», numen del rayo, de la potencia y de la venganza, que detenta asimismo el poder de las runas de la guerra. SegĂșn ciertos mitos suecos antiguos, las runas de Thor se hallan asociadas a las runas de OdĂ­n, que, entre los pueblos germĂĄnicos, se le conocĂ­a como Whotan. OdĂ­n, padre de todos los dioses, tenĂ­a poder para cambiar su aspecto, adivinar el futuro y resucitar años muertos. Las runas mayores tambiĂ©n estaban asociadas al culto de las diosas Freya y Frig. La adoraciĂłn de Freya, que era hija de OdĂ­n, se basaba en su poder de infundir a sus fieles poderes adivinatorios mediante las runas con su sĂ­mbolo. A Freya se consagraban una cohorte de sacerdotisas, a quienes los jefes de clanes solicitaban anualmente el orĂĄculo, que debĂ­a ser expresado bajo Ă©xtasis divino. Este don de las sacerdotisas les habrĂ­a sido conferido por OdĂ­n -cabalgĂĄndolas». El culto de Frig se relacionaba con la sexualidad y fecundaciĂłn femeninas, y los ritos nupciales se celebraban en primavera.

Las runas menores son muy numerosas y entre ellas se encuentran las que estån asociadas al culto de las Nomas, diosas de la fatalidad de la mitología germånica. Las tres principales son las tres hermanas gigantes Urd (presente), Verdandi (pasado) y Skuld (porvenir), a las. Cuales estå sometido el destino de los dioses y de los hombres. En un principio solo existía Urd, la que riega las raíces del Iggdrasill con las aguas de la fuente que lleva su nombre. Junto a estas tres Nornas existe una corte de Nornas que descienden, unas, de los Elfos (espíritus de la naturaleza que fabricaron la espada de Odín y el martillo de Thor), y otras, de los Gnomos (genios de los bosques, montañas y casas)

Las exploraciones arqueolĂłgicas efectuadas en el norte de Europa han descubierto signos rĂșnicos en inscripciones votivas, como la Piedra de Bjorketorp en Suecia, que data el siglo VII, y reproduce la Ginarunar o runa llenas de poder mĂĄgico y adivinatorio. TambiĂ©n la Piedra de Noleby, en Noruega, que data del siglo vi, tiene grabadas las Stinnra-runnar o runas que no pueden ser doblegadas ni vencidas.

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