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Novena a Santa Teresita del Niño Jesús

La Palabra de Dios

"No se alegren porque someten a los demonios; alegrense más bien porque sus nombres están escritos en los cielos". Lc 10,20

"Les aseguro que si no cambian y vuelven a ser como niños no podrán entrar en el Reino de los Cielos". Mt 18,3

"Felices los pacientes, porque recibirán la tierra en herencia¨. Mt 5,5

Oración propia de novena



¡Santa Teresa del Niño Jesús! Durante tu corta vida en la tierra llegastes a ser espejo de pureza angélica, de amor fuerte como la muerte y de total abandono en manos de Dios. Ahora que gozas de las recompensas de tus virtudes, vuelve hacia mi tus ojos de misericordia, pues yo pongo toda mi confianza en ti.

Obtenme la gracia de guardar mi mente y corazón limpios como los tuyos, y que aborrezca sinceramente cuanto pueda de alguna manera empeñar la gloriosa virtud de la pureza, tan querida de nuestro Señor.

Encantadora rosa y reinecita, recuerda tus promesas de que jamás dejarías sin atender ninguna petición que te hiciera, que enviarías una lluvia de rosas y vendrías a la tierra para hacer el bien.

Con la confianza que me inspira tu poder ante el Sagrado Corazón imploro tu intercesión en mi provecho y me concedas esta gracia que yo tanto deseo (Mencione lo que desea).

Santa "Teresita", recuerda tu promesa de "hacer bien en la tierra" y que enviarías "lluvia de rosas" sobre quienes te invoquen. Obtenme de Dios las gracias que quiero de su infinita bondad. Que yo experimente el poder de tus oraciones en cualquier necesidad.

Consuélame en todas las amarguras de la vida presente, en especial cuando me llegue la hora de la muerte, para que yo sea digno de tener parte en la felicidad eterna de que tú disfrutas en el cielo. Amén.

Oración final



Padre celestial, por medio de Santa Teresa del Niño Jesús, quieres recordar al mundo el amor misericordioso que llena tu Corazón y que pongamos en El nuestra confianza como los niños en sus padres. Humildemente te damos gracias por haber coronado de tanta gloria a tu hija Teresa, siempre fiel, y por haberle dado el admirable poder de acercar a ti día tras día innumerables almas que te alaben eternamente.

¡Oh Señor! Tú dijiste: " Si no.....vuelven a ser como niños no podrán entrar en el Reino de los Cielos" (Mt 18,3). Concédenos, te rogamos, seguir las huellas de tu virgen Teresa con humildad y pureza de intención para que podamos alcanzar los premios eternos. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.


NOVENA A SANTA TERESITA DEL NIÑO JESÚS

Santa Teresita del Niño Jesús nació en Alençón el día 2 de enero de 1873 y fue la menor de los hijos que tuvieron sus piadosos padres Luis Estanislao Martín y Celia Guerín. Desde su más tierna infancia deseó ardientemente consagrarse a Dios en la vida religiosa, y por una serie de acontecimientos providenciales, después de verse varias veces rechazada; entró a la edad de 15 años en el convento de Carmelitas descalzas de Lisieux en donde pasó nueve años y seis meses en la práctica constante de todas las virtudes. Se distinguió siempre por su ardiente amor a Dios y admirable confianza en Él, y el tierno amor que desde sus primeros años tuvo a la Santísima Virgen María, que bondadosa se apareció a Teresita cuando, en muy corta edad fue acometida por una enfermedad extraña de la cual fue curada prodigiosamente. El 9 de junio de 1895, fiesta de la Santísima Trinidad, hizo su ofrenda de Holocausto al Amor Misericordioso de Dios, que consta en un hermoso manuscrito que fue hallado después de su dichosa muerte en el libro de los Evangelios que la Beata llevaba día y noche sobre su corazón. Algunos días después de esta ofrenda de Holocausto al Amor Misericordioso de Dios, se sintió de repente herida de una encendida flecha de amor divino. Murió el 30 de septiembre de 1897 a la edad de 24 años no cumplidos y sus últimas palabras fueron mientras contemplaba el crucifijo que tenía en sus manos y estrechaba frecuentemente contra su corazón: Le amo... ¡Oh Dios mío!... Os amo... Poco tiempo antes de su santa muerte decía: Presiento que mi misión va a empezar, mi misión de hacer amar a Dios como yo le amo y de enseñar mi caminito a las almas. Quiero pasar mi cielo, haciendo bien a la tierra. Después de mi muerte haré caer una lluvia de rosas.

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