
63. Peso Carga Lastre
La verdadera vida del hombre consiste en la forma en que él aleja todas las mentiras impuestas por otros sobre él. Despojado, desnudo, natural, él es lo que es. Es un asunto de ser, no de llegar a ser. La mentira no puede convertirse en verdad, la personalidad no puede convertirse en tu alma. No hay forma de hacer que lo no esencial se convierta en lo esencial. Lo no esencial sigue siendo no esencial y lo esencial continúa siendo esencial: no son intercambiables. Y esforzarse por alcanzar la verdad no hace más que crear mayor confusión. La verdad no se tiene que alcanzar. No puede ser alcanzada, ya está ahÃ. Solamente se tiene que abandonar la mentira. Todos los propósitos, fines, ideales y metas, ideologÃas, religiones y sistemas para mejorar y perfeccionarse, son mentiras. CuÃdate de ellas. Reconoce el hecho de que, tal como eres, eres una mentira. Estás manipulado y cultivado por otros. Esforzarse por conseguir la verdad es una distracción y un aplazamiento. Es la forma en que se oculta la mentira. Mira la mentira, observa profundamente la mentira de tu personalidad, porque ver la mentira es dejar de mentir. Y dejar de mentir quiere decir no buscar más ninguna verdad; no es necesario. En el momento en que desaparece la mentira, queda la verdad con toda su belleza y brillo. Al contemplar la mentira, ésta desaparece y lo que queda es la verdad.
Comentario:
Cuando arrastramos un peso respecto a lo que "se deberÃa o no se deberÃa hacer", impuesto por otros, nos volvemos como esta figura andrajosa y esforzada que está tratando de subir montaña arriba. "¡Ve más rápido, esfuérzate más, llega a la cumbre!",grita el estúpido tirano que él lleva sobre sus hombros; el tirano mismo soporta un gallo exigente. Si en estos dÃas la vida parece que no fuese más que una lucha desde la cuna hasta la tumba, puede que sea el tiempo de sacudir tus hombros y ver que tal te sientes, caminando sin estos personajes sobre tu espalda. Tú tienes tus propias montañas para conquistar, tus propios sueños que cumplir, pero nunca tendrás la energÃa para conseguirlo a menos que te liberes de todas las expectativas que te han llegado de otros y que piensas ahora que son tuyas. Probablemente ellas existen sólo en tu propia mente, pero ello no quiere decir que no puedan agobiarte. Es el momento de aligerar y enviarlas de paseo.
La verdadera vida del hombre consiste en la forma en que él aleja todas las mentiras impuestas por otros sobre él. Despojado, desnudo, natural, él es lo que es. Es un asunto de ser, no de llegar a ser. La mentira no puede convertirse en verdad, la personalidad no puede convertirse en tu alma. No hay forma de hacer que lo no esencial se convierta en lo esencial. Lo no esencial sigue siendo no esencial y lo esencial continúa siendo esencial: no son intercambiables. Y esforzarse por alcanzar la verdad no hace más que crear mayor confusión. La verdad no se tiene que alcanzar. No puede ser alcanzada, ya está ahÃ. Solamente se tiene que abandonar la mentira. Todos los propósitos, fines, ideales y metas, ideologÃas, religiones y sistemas para mejorar y perfeccionarse, son mentiras. CuÃdate de ellas. Reconoce el hecho de que, tal como eres, eres una mentira. Estás manipulado y cultivado por otros. Esforzarse por conseguir la verdad es una distracción y un aplazamiento. Es la forma en que se oculta la mentira. Mira la mentira, observa profundamente la mentira de tu personalidad, porque ver la mentira es dejar de mentir. Y dejar de mentir quiere decir no buscar más ninguna verdad; no es necesario. En el momento en que desaparece la mentira, queda la verdad con toda su belleza y brillo. Al contemplar la mentira, ésta desaparece y lo que queda es la verdad.
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Cuando arrastramos un peso respecto a lo que "se deberÃa o no se deberÃa hacer", impuesto por otros, nos volvemos como esta figura andrajosa y esforzada que está tratando de subir montaña arriba. "¡Ve más rápido, esfuérzate más, llega a la cumbre!",grita el estúpido tirano que él lleva sobre sus hombros; el tirano mismo soporta un gallo exigente. Si en estos dÃas la vida parece que no fuese más que una lucha desde la cuna hasta la tumba, puede que sea el tiempo de sacudir tus hombros y ver que tal te sientes, caminando sin estos personajes sobre tu espalda. Tú tienes tus propias montañas para conquistar, tus propios sueños que cumplir, pero nunca tendrás la energÃa para conseguirlo a menos que te liberes de todas las expectativas que te han llegado de otros y que piensas ahora que son tuyas. Probablemente ellas existen sólo en tu propia mente, pero ello no quiere decir que no puedan agobiarte. Es el momento de aligerar y enviarlas de paseo.
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