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Como barajar las cartas en la mesa

Del mismo modo que, en los albores del universo, el orden de la creacion fue precedido por el caos, antes del juego, que corresponde a una creacion simbolica, es preciso recrear el desorden original. En efecto, en lo increado tiene origen lo creado; el caos inicial le sigue el orden del universo, del que las cartas, en su conjunto, constituyen una representacion alegorica.

Para ello, tendiendole la baraja previamente ordenada ( primero los arcanos mayores y luego, si el juego lo requiere, los menores ) ruegue al consultante que vuelva a desparramar, mezclando las cartas en sentido giratorio, como si estuviese amasando el pan.
Ademas de ser barajadas de la forma mas correcta, rompiendo eventuales combinaciones residuales, las cartas se impregnan asi, en el momento adecuado, de la vibracion del consultante, se sintonizan en su misma frecuencia y, por lo tanto, se preparan para proporcionarle un oraculo pertinente.

En efecto, es el mismo, en el momento de barajar las cartas, recomponerlas y luego cortarlas y, por ultimo, extraer con la mano izquierda los arcanos, el que da vida, con una simbolica creacion del mundo, a su propio microcosmos, es decir, a su propia realidad en el pasado, en el presente y en el futuro.

Ahora la baraja esta lista para ser abierta en abanico, con el fin de facilitar al consultante la eleccion de los arcanos, que le presentara, obviamente, cubiertos, es decir, boca abajo.
Este es, quizas aun mas que la interpretacion, el momento culminante de la consulta. Guiados por una llamada misteriosa, los dedos del consultante, relajado y con los ojos cerrados, cogen, rozando su dorso con las yemas, esta o aquella carta: las mas atrayentes, las mas cargadas sutilmente, que le proporcionaran la trama de la prevision.

No olvide que los arcanos se disponen siempre en el sentido del cartomantico; por consiguiente, si el consultante se sienta enfrente, debera verlos invertidos.
Salvo indicaciones contrarias, dispongalos y lealos siempre de izquierda a derecha, es decir, de lo infausto a lo fausto, del ayer al mañana, del sueño a la realidad, y nunca al reves.

Debe reservarse una atencion particular a las cartas de corte, que de cierto modo actuan como eje de la consulta, imprimiendole su importancio particular. Lo mismo puede decirse de las cartas que se hayan salido inadvertidamente de la baraja y hayan caido cubiertas, que representan casi un oraculo en si mismas. En efecto, al salir por la fuerza de las demas, estas preceden, y quiza trastornan, la eleccion realizada por el consultante, concretando en cierto sentido la prioridad del destino sobre el libre albedrio

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